Nota del autor: Estas publicaciones se presentan tal cual fueron escritas, sin ediciones, para preservar la autenticidad de los pensamientos del autor. Agradezco su comprensión ante cualquier error ortográfico o gramatical.
Unos días después de que uno de mis compañeros de rodadas de la motocicleta estuviera a punto de morir en un accidente de dos coches totalmente ajenos a el, pero en el cual, el tuvo la mala fortuna de estar presente, me empecé a cuestionar varias cosas y varias ideas acerca de la vida.
Primero arranqué haciéndole la pregunta a mi hermana respecto a «¿Que sería lo que yo te dejaría si yo muriera hoy ?»
Se rió y con un gesto incomodo, me dijo: «¿Pero por qué tienes que preguntarte eso?«
Y yo le contesté: «Porque a este mundo venimos a conectar con nuestros semejantes y a dejar algo positivo a los demás.»
Después de repetirle la pregunta dos veces en busca de una respuesta, contestó: «Me enseñaste que las personas pueden cambiar.»
Transcribo esto de un audio que grabé tomando una carretera en la madrugada. Hay algo especial y muy bello en manejar a solas y poder ver cómo empiezan a salir los rayos del sol, abriéndose camino la mañana.
Después de escuchar esa frase de mi hermana diciendo que las personas pueden cambiar, me deja contento y feliz porque hace pocos años (tres años y medio o cuatro aproximadamente) yo era una persona con muchas confusiones, con muchos sentimientos sin resolver, con mucho enojo guardado así como rencor.
En todo este tiempo, el camino para llegar a ser lo que soy yo en estos momentos ha sido complicado y duro pero muy satisfactorio.
He realizado un viaje hacia mi interior buscando todas aquellas cosas que necesitaba mejorar, que necesitaba cambiar para ser la persona que yo quiero ser.
Aún no he llegado a ese potencial ni a ese punto máximo al que quisiera llegar como persona. Hay muchas cosas por resolver aún, muchas confusiones que sigo teniendo, dudas acerca de los caminos que estoy tomando pero con lo que me quedo es la intención de cambiar así como el esfuerzo y la modificación de actitudes tanto internas como externas para ser una persona con más paz interior y más conectada al exterior.
Ahora sé lo que busco, ahora sé lo que quiero, ahora sé lo mucho que me va a costar, pero también sé la satisfacción y felicidad que hay detrás de todo ese camino para llegar a donde quiero llegar.
Si algo me deja esta experiencia que tuve de una persona cercana que estuvo a punto de fallecer es: No hay que desperdiciar ni un minuto, ni un segundo en dejar de tratar de ser mejores personas y cambiar. Una vez que cuentes con tu felicidad interna, hay que compartirla con los que nos rodean y dejar siempre algo bueno, algo positivo en sus corazones.
Las personas pueden cambiar.
-Adrián de la Vega.