La importancia de un socio

Estuve escuchando esta semana la historia de Alejandro Salomón, un empresario mexicano bastante exitoso en los ámbitos en los que se ha desarrollado y me quedé pensando varias cosas.

Me gustó mucho su historia, ya que no nació en el centro de una familia que tuviera todo resuelto, familia de empresarios o con una herencia enorme. No, él siguió a su mejor amigo a Estados Unidos (cosa que yo no hubiera hecho), en busca de nuevas oportunidades, y sin saber qué era lo que quería para su vida, poco a poco fue intentando cosas nuevas y volviéndose exitoso en muchas de ellas.

Ahora tiene negocios de diferente índole y ha alcanzado muchas metas que yo voy a cumplir.

Sin embargo, me quedé pensando en una cosa que me llamó mucho la atención.

En todos los negocios que ha iniciado, siempre lo ha hecho con su mejor amigo (al que siguió hasta Estados Unidos). Algunos han sido exitosos, otros no lo han sido, pero siempre han trabajado y creado cosas juntos.

Y me di cuenta de lo importante que sería para mí tener un socio, un compañero en este camino que estoy siguiendo y con todos los proyectos que quiero arrancar.

Una persona que tuviera la misma ambición que yo, las mismas ganas de lograrlo, intereses medianamente comunes y la capacidad para resolver las dificultades que normalmente se presentan en este camino.

Ya he leído en varios libros la importancia de formar un equipo de trabajo de calidad, un equipo de personas que te eleven, que te apoyen y que exijan lo mejor de ti, así como la dificultad de lograr tus metas trabajando totalmente en solitario.

Pero también hay un problema que resolver en este asunto.

En uno de sus episodios de su podcast, Alejandro y su mejor amigo hablaron de lo mucho que les costó en tiempo y esfuerzo la formación de un equipo de trabajo de calidad, un equipo que tuviera cosas buenas que aportar y compartieran la misma misión.

Y es donde creo que está la mayor dificultad de este tema.

Cuando decides trabajar con una persona en un proyecto propio, es igual o más importante que contraer matrimonio, ya que habrá problemas por resolver, decisiones diarias que tomar, cuestiones económicas que tratar y egos que controlar.

Es por eso que hay que ser sumamente cuidadosos al momento de decidir con quien nos involucramos en nuestros proyectos profesionales y de vida, para así evitar la mayor cantidad de momentos desagradables, y digo la mayor porque las personas cambian, y la persona que hoy por hoy consideras la mejor opción para tu proyecto, puede que en unos años no lo sea más o que tú no lo seas para él.

Llegue a la conclusión de que definitivamente necesito un socio, por lo que lo único que me queda, es seguir conociendo a más personas, seguir iniciando conversaciones con extraños y ampliando mi círculo social en busca de semejantes que compartan los mismos objetivos que yo.

Siempre manteniendo una actitud positiva y confiando en todas las personas que poco a poco iré conociendo.

-Adrián de la Vega.

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