Nota del autor: Estas publicaciones se presentan tal cual fueron escritas, sin ediciones, para preservar la autenticidad de los pensamientos del autor. Agradezco su comprensión ante cualquier error ortográfico o gramatical.
Escribo este post después de cuatro años entrenando. Sí, cuatro.
Y algo que ha caracterizado este viaje es que lo he hecho de forma totalmente natural. Las únicas sustancias que he tomado han sido proteína en polvo en un mes de esos cuatro años (me hizo bastante mal en el estómago) y creatina, la cual he estado tomando en los últimos ocho meses de entrenamiento (es el suplemento más probado científicamente y que no tiene nada que ver con alguna sustancia potenciadora).
El último año, entrenando cinco de siete días a la semana, comencé a ver un progreso brutal. Mis músculos habían crecido a un tamaño casi como el que estaba buscando cuando empecé este viaje y mis niveles de fuerza eran algo extraordinario para mí, considerando que yo era una persona extremadamente delgada y sin músculo.
Pero algo pasó, empecé a sentir dolor en uno de los tendones del bicep derecho en una maquina llamada predicador y, posteriormente, sentí el mismo dolor en el izquierdo.
Había visto casos de muchas personas que sufrían rotura de bicep o que sufrían de una rotura del tendón del bicep por cargar pesos muy altos, es por eso que me desilusioné por el hecho de que algo andaba mal al haber sentido ese dolor y porque tenía que parar en seco para analizar mis entrenamientos, mis músculos y lo que estaba pasando.
Llegue a la conclusión después de varias semanas de prueba, de visitas a masajes y de platicas con fisioterapeutas que mi forma de cargar mancuernas, pesos libres o poleas, no era la ideal.
Por sentir que era un ser invencible, con una fuerza extraordinaria, estaba cargando pesos que, aunque podía con ellos, no los estaba cargando de forma correcta.
Una prueba de ello son los ciento dos kilogramos que cargué en Bench Press. Record personal del cual estoy muy orgulloso, pero que me llevó a pensar si realmente vale la pena cargar esa cantidad de peso de forma incorrecta o ajustar tus pesos para poder mejorar tu técnica.
Creo que llegar al nivel deseado de forma natural es posible. Sin embargo, es un camino bastante largo, ya que entran en cuestión muchas variables, como una correcta alimentación, disciplina en asistencia al gimnasio la mayoría de los días de la semana, tener extremo cuidado con la forma en qué haces tus ejercicios y siempre entrenar al 70%-80% de tu capacidad (buscando dar un extra en cada sesión) para ir avanzando y poco a poco aumentar resistencia, volumen, peso, etc.
Muchas veces sentimos que cargar mucho peso es el mayor logro, pero hay que modificar ese pensamiento y convertirlo en un enfoque que nos haga concentrarnos totalmente en hacer los ejercicios de forma correcta, con un peso ideal y siempre buscando el límite.
Adicionalmente a esto, he aprendido que no podemos compararnos con los cuerpos que se ven en las películas y en Instagram (si eres natural, claro), ya que muchos de ellos han utilizado alguna sustancia para potenciar sus músculos y su progreso. Sinceramente, es imposible cambiar tu cuerpo en ocho meses para el rol de una película. Comento esto porque en estos años me he visto involucrado en esos pensamientos negativos de comparación con otros.
Aún no me veo como Tom Hardy cuando interpretó a Bane en «Batman: The Dark Night Rises», quien fue mi motivación para iniciar a entrenar, pero ahora, en este momento de mi viaje, lo veo posible.
Si tienes alguna duda, requieres algún consejo (de un novato) o solamente quieres platicar del tema, contáctame.
También te dejo mi Instagram para que veas en mis stories algunas fotos de mi progreso: https://www.instagram.com/adriandelavega93/
-Adrián de la Vega.