Nota del autor: Estas publicaciones se presentan tal cual fueron escritas, sin ediciones, para preservar la autenticidad de los pensamientos del autor. Agradezco su comprensión ante cualquier error ortográfico o gramatical.
Hoy, buscando contenido de un tema del cual tengo que aprender, me topé en Youtube con una canción que me trajo un recuerdo muy grato.
El año era 2019, yo me encontraba en un momento crítico y retomé el contacto con uno de mis amores del pasado. Por unos momentos reviví la historia en mi mente como si hubiera sido ayer…
Una tarde, después de un día demasiado pesado, uno de esos días en los cuales quisieras dejar todo tirado e irte a comenzar una nueva vida en un lugar completamente distinto, decidí contactarte.
Aceptaste mi invitación por un café, con incertidumbre claro, pero confiaste en lo nuestro. Tu única advertencia fue: «Vivo al otro lado de la ciudad».
Más de 45 minutos de viaje me hicieron dudar, pero tenía muchas ganas de verte, así que salí tarde del trabajo, tome mi auto y manejé por las calles de la ciudad hasta donde te encontrabas. Las luces de la noche me hipnotizaron, como en casi todas las ocasiones que decido manejar a esas horas y perderme en la actividad. Perderme para encontrarme, claro.
Pasamos días muy buenos, de conexión real y conversaciones profundas. Visitas al parque, helados, cafés y largas caminatas se convirtieron en nuestra rutina.
Y en todos los viajes que hacía para recogerte, decidía escuchar una canción en repetición. Supongo que la melodía, mi pensamiento sobre ti y las ganas de llegar a tus brazos se convirtieron en la combinación perfecta.
Pero después de un tiempo, algo no se sentía bien…
No sé si era mi estado mental, el momento de tu historia en el cual te encontrabas o, en general, nosotros.
Ahora somos dos desconocidos, pero nunca olvidaré que alguna vez nos unió un sentimiento mutuo, y siempre que escuche esa canción especial, estarás tú, tu sonrisa y ese largo camino que recorría hacia ti.
Una canción que está llena de ese sentimiento llamado nostalgia que todos experimentamos constantemente y que nos transporta a un lugar feliz de nuestro pasado.
«I’ve given what I have
I showed you I’m growing
The ashes fall slowly
As your voice consoles me»
Abajo se encuentra la canción referida en este post.
-Adrián de la Vega
