Nota del autor: Estas publicaciones se presentan tal cual fueron escritas, sin ediciones, para preservar la autenticidad de los pensamientos del autor. Agradezco su comprensión ante cualquier error ortográfico o gramatical.
Después de casi dos años de haber librado esa batalla interminable vs la enfermedad que nos ha acechado a cada uno de los seres humanos en esta tierra, salí positivo en una prueba realizada esta semana.
Tengo síntomas de una gripa fuerte y fuera de eso, todo se encuentra en perfecto estado. Sin embargo, el primer día que empecé con estos síntomas, tuve una noche terrible, plagada de poco descanso, fiebre y alucinaciones.
¿Y de qué trataron esas alucinaciones? En mi opinión, fueron un mensaje para mí, una advertencia.
El tono general de las alucinaciones, era de arrepentimiento…
Primero, aluciné que me encontraba en uno de mis videojuegos favoritos, divirtiéndome mientras lanzaba granadas y disparaba mi arma. Creo que esta alucinación se debe a que hace unas semanas, salió un nuevo videojuego de mi saga favorita y, como todos los videojuegos, lo he pospuesto, ya que actualmente, considero que es mejor utilizar ese tiempo en algo de «provecho», aprendiendo algo o leyendo algo nuevo.
Dejé de realizar una actividad que hace mucho me divertía bastante por considerar que ya no es algo útil para mí. Incluso cuando me tomaba treinta minutos de mi día en ella, mi cabeza no dejaba de insertar una daga, haciéndome sentir mal por «perder el tiempo«.
Llevo ya varios años sin poder sentarme en frente del televisor y disfrutar de una tarde de videojuegos como en los viejos tiempos.
Creo que fue una advertencia de lo necesario que es mantener un balance en mi vida. Sí, es muy importante utilizar el tiempo para cosas provechosas, pero también necesitamos tiempo de ocio.
Segunda alucinación fue acerca de mi libro. Ese libro que ya terminé de escribir, pero que no he terminado de corregir por primera vez. Mi gran amiga Carolina sigue insistiéndome en que mi talento es impresionante y que muere por leerme, pero yo sigo aplazando la corrección por enfocarme en otras cosas que considero en estos momentos «más importantes».
Fue una advertencia acerca de la importancia que le debo de dar a una de las actividades que más feliz me hace, que más me hace conectar con mi espíritu y mis sentimientos.
Y tercero, fue una alucinación emocional, dándole vueltas a un amor platónico, pero esa historia… es para otro día y otro post.
En general, creo que no estoy disfrutando de mi vida. Mi mente me hace pensar que no puedo disfrutar de ella porque no he conseguido «nada» y que aún me faltan miles de pasos por recorrer, pero en ese viaje que estoy recorriendo, me estoy perdiendo todos los segundos tan preciados de este gran regalo.
Podría empezar a decirte la típica frase de «la vida es muy corta, hay que disfrutar todo al máximo, blah blah…», pero no podría ni pronunciarla, ya que yo no la aplico.
Siempre escribo acerca de mi idea de disfrutar más, para después caer en el mismo hoyo y seguir enfocándome totalmente en los objetivos. Espero que esta vez sea diferente.
Pero las palabras y sentimientos, que son tan importantes para entender a cualquier ser humano, ya han quedado plasmadas en este post.
-Adrián de la Vega.
