Nota del autor: Estas publicaciones se presentan tal cual fueron escritas, sin ediciones, para preservar la autenticidad de los pensamientos del autor. Agradezco su comprensión ante cualquier error ortográfico o gramatical.
No sé por qué y no me preguntes, porque probablemente te daré una respuesta fundamentada a medias, pero los domingos, es cuando más ganas me dan de escribir.
Pienso en todo lo que viví en la semana, en las experiencias, en mis errores, mis aciertos y me pongo muy reflexivo con mi vida y mi espacio en este mundo.
Tan pequeño para algunos, tan grande para otros.
Pero la pregunta que siempre me hago es: ¿Estoy siendo la mejor versión de mí mismo? ¿Estoy dando todo de mí? ¿Estoy ayudando a los demás y haciéndolos felices con mi presencia?
Y me vienen a la cabeza los rostros de personas que han pasado por mi vida, por algunos meses o incluso años y que ahora, no cruzo palabra con ellas.
Porque muchas de esas personas con las que he conectado de forma verdadera y auténtica, me han dado un regalo, ya sea algún apoyo, enseñanza, sonrisa y, en general, algo positivo.
Y me pregunto si actué de forma correcta con todas ellas. Si fui empático, amable, honesto y correcto.
Probablemente no, o más bien, así lo recuerdo yo.
Pero esto es para todos ustedes.
Quiero que sepan que, ahora que me encuentro en un estado mucho más positivo en el tema físico, espiritual y mental, he hecho muchos cambios en mi persona para poder dejar un legado positivo.
Y si alguno de ustedes se encuentra leyendo esto y cometí algún acto negativo hacia ustedes, les pido perdón.
Antes era un hombre confundido, con muchas cosas por resolver.
Ahora que todo eso ha cambiado, les agradezco a todas las personas que he conocido en mi vida, ya que, cada una de ustedes, me han dado una herramienta para construirme, para reflexionar acerca de mi persona e ir moldeando a un Adrián mejor.
Gracias.
Y sé que probablemente sería mejor idea decirle esto a cada una de esas personas, pero no sé si todas estén dispuestas a escuchar los disparates de un loquillo en busca de un mundo mejor.
Domingos…
-Adrián de la Vega.