Revelación

Nota del autor: Estas publicaciones se presentan tal cual fueron escritas, sin ediciones, para preservar la autenticidad de los pensamientos del autor. Agradezco su comprensión ante cualquier error ortográfico o gramatical.

La mayoría de mi vida, me he enfocado en mí. En mis proyectos, en mis sueños, mis ideales, mis metas y mi futuro.

Siempre he conseguido lo que he querido y he sido muy estricto conmigo mismo para conseguirlo. Faltan muchas cosas nuevas por conseguir, pero me he asegurado de estar dando los pasos correctos para ello. Mis procesos mentales han sido demasiado difíciles, ya que siempre he sido muy duro en la consecución de los mismos.

Si las cosas no salen como yo quiero, me frustro y hago hasta lo imposible porque salgan como quiero que salgan, como necesito que salgan.

Pero todo este tiempo, mi vida ha rondado al rededor de mí, de mi ego, de mi persona.

En los últimos años que he emprendido un viaje de crecimiento personal a través de la lectura, conocimiento interno y esfuerzo, he entendido que venimos a este mundo a darle algo a los demás, a aportar algo.

Últimamente he leído en varios libros y escritos, que el hombre que dedica todos sus esfuerzos y sus metas a una cuestión estrictamente personal, no se sentirá contento con su vida, con su existencia.

Y tuve una revelación. Revelación que venía cocinándose, pero que se consumó en estos últimos meses.

Pienso que necesito enfocarme más en las personas, en el círculo que me rodea.

Puede ser eso uno de los puntos que, si llegara a cambiar, probablemente me sentiría más tranquilo en los procesos que atravieso para cumplir mis metas.

Porque abriría mis brazos a aquellos que pueden darme su apoyo, a aquellos que podrían escucharme en momentos difíciles y, en general, caminar de la mano con personas increíbles que he conocido a lo largo de mi vida, pero que, por estar enfocado en mí, he descuidado de alguna forma u otra.

Es completamente válido buscar la autorrealización, pero la paz mental y la felicidad, solamente llegan cuando te concentras en marcar a los demás, dejando una enseñanza, dando apoyo, extendiendo la mano.

Pero esa ayuda debe de ser incondicional, sin retribución esperada y altruista. Si no es así, pierde su magia y su efecto.

A todos mis seres queridos, a todos mis amigos, a todos mis conocidos y a todos aquellos que no me tienen mucha simpatía, prometo hacer todo lo que esté en mis manos para marcar sus corazones, de alguna forma u otra.

Enfocándome en mí, pero construyendo algo para ustedes.

-Adrián de la Vega.

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