Enfréntate a ti mismo

Nota del autor: Estas publicaciones se presentan tal cual fueron escritas, sin ediciones, para preservar la autenticidad de los pensamientos del autor. Agradezco su comprensión ante cualquier error ortográfico o gramatical.

El cambio interno solo llega cuando abrimos la puerta de nuestra alma, viajamos al centro y reconocemos que tenemos un largo camino por delante para convertirnos en una mejor persona.

Siempre he sido de la idea que cualquier ser humano carga con inseguridades, frustraciones, miedos y arrepentimientos. Es imposible que no se tenga alguno de ellos.

Pero el crecimiento personal se encuentra en los posibles enfrentamientos que podemos tener con ellos y dependerá de nuestra decisión si nos embarcamos en ese camino o no.

Reconocerlos y posteriormente enfrentarlos es una de las tareas más complicadas de este mundo.

Porque reprimimos todos esos sentimientos negativos, nos cegamos y vivimos en el error. Pensamos que no tenemos ningún problema, que todo está bien, mientras vivimos siendo un manojo de nervios y con evidente falta de control emocional.

Para convertirte en esa persona que quieres llegar a ser y en un mejor ser humano, hay que enfrentarnos a nosotros mismos.

Abriremos puertas obscuras, puertas antiguas, puertas que contendrán monstruos enormes y que tomarán formas que nos causarán pavor.

Pero hay que morir enfrentándolos o vivir en la mediocridad.

La primer tarea es aceptarlos y una vez que sepas qué se encuentra detrás de esas puertas, tendrás una luz que te irá guiando a través de esos lugares recónditos. Pero después de cada batalla, encontrarás una pieza de ti mismo, una pieza que te completará.

Y el objetivo es encontrar el mayor número de piezas que puedas, para tratar de llenar ese vacío que todos tenemos como seres humanos.

Te sentirás un poco menos vacío, pero nunca completo, porque ese vacío es lo que le da sentido a tu existencia.

Algunas batallas serán cortas y fáciles, pero otras te costarán años, sangre, sudor y lágrimas.

Ganando la mayoría de esas batallas, se encuentra en mayor medida la aceptación personal, la paz mental y la calma espiritual.

Enfréntate a ti mismo…

-Adrián de la Vega.

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